¿De dónde viene el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico (AH) se descubrió en 1934, pero solo se ha utilizado en productos cosméticos y estéticos desde la década de 1990. Está presente de forma natural en nuestro cuerpo, y en particular en nuestra piel, donde se encuentra la mayor parte, del 50 al 70%. La mayor parte del ácido hialurónico se almacena en lo profundo de la dermis. Las células de la piel producen constantemente ácido hialurónico, aunque se deteriora muy rápidamente, ¡en menos de un día! Este ciclo de vida tan corto es la razón por la que la necesidad es tan alta.
¿Cuál es el papel del ácido hialurónico en la piel?
El ácido hialurónico sirve como principal recurso hídrico de la piel. Ayuda a preservar las estructuras básicas de la piel y se encuentra entre los mejores tratamientos para la deshidratación y la pérdida de firmeza. De hecho, el ácido hialurónico se hizo inmensamente popular rápidamente porque cumple una variedad de funciones para mantener la piel hidratada, tersa, tersa y suave.
Ácido hialurónico a lo largo de la vida
El ácido hialurónico es frágil e inestable con el tiempo. La producción propia de nuestro cuerpo disminuye progresivamente, a partir de los 20 años. El déficit se hace aún mayor si se ha producido una exposición excesiva a factores estresantes ambientales externos (rayos UV, contaminación, diferentes tratamientos...). Cuando el ácido hialurónico es de mala calidad, o no se produce lo suficiente, aparecen los primeros signos de envejecimiento: líneas finas por deshidratación, seguidas de arrugas y pérdida de firmeza.